Uno de los derechos fundamentales de todos los niños y las niñas es tener una familia. La adopción asegura este derecho a cientos de niños y niñas, cuyas familias biológicas por muchas razones no han podido asumir su cuidado.
En los últimos 8 años, en Chile han sido adoptados aproximadamente 3 mil 800 niños y niñas, quienes junto a sus padres adoptivos han formado nuevas familias, unidas por lazos tan fuertes y duraderos como los que pueden encontrarse en una familia biológica.Sin embargo, pese a los avances de nuestra sociedad, sabemos que cuando hablamos de “familias adoptivas” aún opera el desconocimiento y muchas veces los prejuicios y la discriminación.
De hecho, una de las conclusiones del estudio “Impacto de la Adopción en Adolescentes”, realizado por el Servicio Nacional de Menores y la Fundación Chilena de la Adopción en 2007, es que un número importante de familias adoptivas ha experimentado situaciones de discriminación respecto de la condición de adoptado de alguno de sus hijos a lo largo su historia. Esta discriminación ha provenido desde las propias familias extensas, colegios, amigos o vecinos.
Por esta razón, el Servicio Nacional de Menores en conjunto con la Fundación Chilena de la Adopción, ha desarrollado una campaña de sensibilización que tiene como objetivo central validar la adopción como otra forma de hacer familia. Así, y tal como indica el mensaje central de esta campaña, podamos asumir en nuestra vida cotidiana que “el amor une tan fuerte como un lazo sanguíneo”.
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