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26 abril 2010

Postadopcion. Hermanos biológicos


Adopción. Postadopción.

En este artículo, extraído del Periódico de la Adopción, la autora, presidenta de la fundación ADOPTARE , reflexiona sobre aquellos casos en que los padres conocen la existencia de hermanos biológicos de sus hijos adoptivos, y tienen que decidir cómo hay que tratar esta situación, cómo y cuándo hay que compartirla con los hijos, etc...

En muchos casos, de hecho hoy mismo lo he leído en un artículo, se habla de la revelación, el momento en que se le dice a un hijo que es adoptado y se comparte con él su historia de origen, como si fuese un momento concreto, en un dia D y una hora H, cuando se trata de un proceso que dura toda la vida, y que hay que ir haciéndolo paulatinamente, a medida que nuestros hijos vemos que están preparados psicológicamente para ir asumiendo la información que les vamos suministrando. Nada más erróneo, el pensar que habrá un día en que se lo explicaremos todo, pues además de irreal, sería nefasto para el niño.


En este artículo, Beatriz Gelman, la autora, nos explica la importancia de trabajar con nuestros hijos la historia de la adopción, buscando siempre los momentos propicios , de madurez y preparación de cada hijo, para ir compartiendo con él la información que disponemos de sus orígenes, a medida que sabemos que puede comprenderla, de forma que no causemos un desajuste entre la información que suministramos , y su capacidad de asimilación.

Nos recuerda la importancia de mantener siempre el interés del niño por delante de los nuestros, y no caer en la tentación de compartir con él información que no es ajustada a su momento de madurez, sólo por el hecho de descargarnos de una carga, o escudarnos en la excudsa de que no queremos mentir, i que no sabemos no tener una respuesta.

Interesante cuendo discierne entre mentir o postergar una información a otro momento que creamos más adecuado a la madurez del niño.

Interesante artículo, por el tema que trata, el de los hermanos biológicos, y las pautas de comportamiento que ofrece.



------------------------- Inicio del artículo --------------------------------

En nuestra labor con padres adoptantes hay un tema que insiste permanentemente y despierta muchos interrogantes: los hermanos biológicos.
Quizás algún lector podrá objetar: ¿cómo hermanos? ¿por qué llamarlos así?

¡Hermanos son los adoptados! ¡Los que se constituyen en la convivencia junto a los padres!

Sin embargo, suelen situarlos en esta categoría tanto quiénes han sido adoptados como los padres mismos. He aquí algo notorio ya que los padres mismos se cuestionan permanentemente acerca de cómo denominar a la madre del origen: biológica, genitora, señora de la panza y otros conceptos pero quedan excluídos de cuestionamiento alguno los hermanos biológicos.

Así, una mujer que entrega un niño en adopción suele ser cuestionada en su nominación pero no ocurre así en lo que incumbe a su descendencia.

Esto da cuenta de la representación que tiene esta categoría para la subjetividad de adoptantes y adoptados. Las nuevas modalidades en adopción - a partir del encuentro con la madre biológica - tienen multiplicidad de efectos. Este nuevo escenario de la realidad social en el que interjuegan madres biológicas y adoptantes desnuda lo invisibilizado hasta ahora y descubre aspectos desconocidos anteriormente. Aquello que en otra época se leía en el expediente ahora se pone de manifiesto abiertamente y se accede a todo tipo de información.

Los padres se cuestionan: ¿debo decirle qué tiene hermanos? ¿cuándo?

- No quiero contarle aún que tiene hermanos, pero si le digo que no sé le miento.....

- Me dijo que quiere tener un hermano más grande. En realidad yo sé que la mamá biológica tenía otro hijo. ¿Será por eso que lo dijo?

Revelarle a un niño pequeño la existencia de hermanos es una información muy impactante que es conveniente postergar hasta que sea mayor y pueda metabolizar ese conocimiento.

No se trata -al decir de muchos padres- de una cuestión engañosa, sólo que no todo puede ser contado en cualquier momento. Es necesario que discriminemos entre el concepto de engañar - cuando se oculta - al de postergar a la espera del momento adecuado.

Distintas etapas del desarrollo psíquico de los niños van posibilitando el acceso a nueva información.

- ¿Y si al enterarse sienten culpa "porque corrieron mejor suerte que sus hermanos "?

- No se puede evitar que se generen sentimientos de dolor o tristeza. Será importante desculpabilizar al hijo porque él/ ella no provocaron esta situación de separación sino que han sido protagonistas pasivos de situaciones generadas por el mundo de los adultos que se han visto jaqueados por presiones y determinantes sociales complejos.

Respecto a querer conocerlos hay que reconocer que el impacto de descubrir la existencia de hermanos es cualitativa y cuantitativamente diferente en relación a los padres biológicos.

De hecho, los hermanos no promovieron ninguna situación de ruptura y todos padecieron la pérdida.

¿Y si desean verlos? Esta pregunta despierta un monto muy intenso de angustia en los padres. Llama la atención cómo frente a determinados pedidos los padres no vacilan en recurrir al consabido argumento: - Cuando crezcas lo harás - Eres pequeño aún - No es el momento todavía-

Sin embargo, frente al hecho de imaginar la pregunta respecto a querer conocer a un hermano o hermanos se incrementa la vacilación y todo parece indicar que la satisfacción a la demanda debe ser inmediata. Toda experiencia requiere de un tiempo propicio (cronológico y psicológico) para ser vivida. Este tema no escapa a ello. Si bien toda situación es única y singular no es conveniente conocer a la madre biológica y/o a los hermanos biológicos cuando los niños son menores. Son experiencias de alto impacto emocional y requieren de un aparato psíquico capaz de metabolizarlas adecuadamente.

Por otra parte, es necesario enfatizar que el deseo de conectarse con hermanos es particularmente intenso cuando existió vinculación entre ellos.

Esta es una situación particularmente diferente.

Si los chicos han vivido y compartido juntos es poco probable que el juzgado no haya resuelto una modalidad de vinculación. Todas las situaciones planteadas aquí requerirán de la intervención profesional especializada.

Es muy importante que los padres elaboren sus propias angustias y emociones con respecto a la historia del origen del niño y lo que conocen acerca de ella para poder intervenir con prudencia y cuidado. Es necesario evitar una descarga discursiva que produzca alivio personal pero que no contribuya a ayudar al niño sino que por el contrario pueda provocar un padecimiento mayor aún que la falta de información.

Beatriz Gelman

Directora Fundación Adoptare

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